Vine hasta aquí de la mano de mi buen amigo Vicente Barberá Albalat, quien me indico la senda para llegar a la felicidad que tantas veces se nos escurre de nuestra voluntad y que a duras penas logramos atrapar. Y aquí estoy con la puerta del atrevimiento abierta de par en par para aquel que condescendiente se atreva a disculpar a esta ingenua aprendiza de la palabra que con todo respeto ofrece, al menos, un latido poco ortodoxo pero honesto. Mi agradecimiento sincero al visitante
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Allí, seguro que seguirá creciendo, será más libre, entre raíces seguras, y disfrutará las estaciones sin nadie que le oprima. Allí, abrirá sus brazos, extenderá su mirada, y esperará tranquilo.... allí, seguirá respirando... del universo.
ResponderEliminarSi no creyera que al fin me encontraré con el al termino de mi camino, ya me habría vuelto loca y pensaría que esta vida es una autentica estafa.
ResponderEliminarPero no, el está a mi alrededor y me envía mensajes muy claros y le amo cada día. Gracias Alberto por tu acertada interpretación.
Querida Conxa:
ResponderEliminarHoy releyendo en el foro de Andrés, en sus últimas aportaciones, te he visto.
He recordado aquellos momentos.
Los he recordado, diferente de entonces.
He pinchado en tu nombre, has aparecido; por eso, ahora te escribo.
Me alegro de haberte encontrado.
Seguiré leyendo tu blog, gracias por compartirlo.
Atreyu
Aunque con gran retraso, te agradezco tu visita y tu comentario.Perdona porque no recuerdo cuales fueron esos momentos que me comentas como vividos. Si eres tan amable ¿podrías hacerme memoria? Un abrazo. Conxa
ResponderEliminarY a que Andres te refieres?, como ves la edad no perdona
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