FOTOGRAFÍA SACADA DE INTERNET |
Nadie, en varios
kilómetros a la redonda sabría decir su nombre.
Por lo que mis padres
contaban, era un hombre sumamente
extraño y poco de
fiar coincidiendo con la opinión de los
lugareños. Desde que
tengo uso de razón mi curiosidad acerca
de el crecía, como lo
hacían mis años. Su apariencia escuálida y
su tez descolorida,
añadían un áurea de inquietud a su persona y
por su gran altura se
le conocía en el pueblo por “el largo”.
Vivía en una
desconchada y siniestra casona a las afueras del
pueblo y casi en su
misma puerta crecía un único y hermoso
árbol que coronaba una
frondosa copa que era motivo de
numerosos y horribles
comentarios.
Aquel día, cumplía
14 años, salí de mi casa y caminé despacio
hacia la casona...
quería saber...
Conxa Gausí, invierno
2011
Me has dejado con la intriga. Quizás debiera caminar despacio hacia la casona yo también. Aunque da un poco de yuyu, no por mí, sino por la niña de los 14 años.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
ES mi primera visita a tu blog, veo que tienes poemas, haikus y microrrelatos. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu visita Gines, no ando ducha en el manejo de mi propio blog ya que soy novata. Un abrazo
EliminarCarmela se trataba de eso, de crear un clima de misteri opara que cada lector le de el final que quiera. Gracias por leerme amiga, un besote
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